Zatoichi (2003). Takeshi Kitano

Zatoichi es un nómada ciego del siglo XIX que se gana la vida como jugador y masajista. Sin embargo, detrás de esta humilde fachada, es un maestro espadachín dotado de un estilo ultrarrápido y una precisión impresionante. Mientras deambula, Zatoichi descubre un remoto pueblo de montaña a merced de Ginzo, un despiadado líder de pandillas. Ginzo se deshace de cualquiera que se interponga en su camino, especialmente después de contratar al poderoso samurai ronin, Hattori, como guardaespaldas. Después de una ruidosa noche de juego en la ciudad, Zatoichi se encuentra con un par de geishas, ​​tan peligrosas como hermosas, que han venido para vengar el asesinato de sus padres. A medida que los caminos de estos y otros personajes se entrelazan, los secuaces de Ginzo intentarán acabar con Zatoichi. Con su legendaria espada, el escenario está listo para un enfrentamiento fascinante.

Takeshi Kitano es un escritor-director-actor que trabaja en géneros familiares y populares, pero sus mejores películas siempre logran subvertir la convención y las expectativas. Kitano toma el personaje familiar de Zatoichi y lo transforma en algo nuevo y, de la misma manera, toma una historia rutinaria y la enriquece creando personajes complicados que no son todo lo que parecen.

La trama podría ser la de una gran cantidad de películas de samuráis, ya que nuestro héroe ciego viene a ayudar a una aldea y dos geishas que están teniendo problemas con una banda de facinerosos y un ronin. Sin embargo, esta simple historia es sólo una estructura para los personajes ricos y diversos que aparecen en la película. Al igual que el propio Zatoichi, un hombre ciego con una habilidad antinatural con una espada, cada personaje es una contradicción. Las dos geishas no son lo que parecen debajo de sus caras pintadas, mientras que uno de los «villanos» de la película tiene intenciones altruistas. Nada en la película es blanco y negro, y aunque nuestro protagonista carece de uno de sus sentidos, es más consciente de esta complejidad que la mayoría.

Para una película sobre un ciego, el uso del sonido es clave. Los ruidos se intensifican y se vuelven integrales para comprender el mundo que aparece en la pantalla, especialmente durante los momentos clave de la película. Estas secuencias violentas son cortas y nítidas (como deberían ser en este tipo de película), pero con una elegante puesta en escena y con florituras de sangre teatral. Lo único que realmente defrauda en algunas de estas secuencias son los efectos especiales hechos con ordenador, que parecen poco convincentes, pero es una queja menor que se está volviendo común y puede ser una decisión artística por parte del director.

Como en la mayoría de las películas de Kitano, se muestra divertido, con un ingenio seco y con algunos momento cómicos. Mucho se ha dicho sobre el final de la película (que no voy a contar aquí para aquellos que no lo han visto), pero dada la fascinación de la película por el sonido y la reinvención divertida de géneros familiares, parece completamente apropiado, incluso es una sorpresa si es la primera vez que lo ves. También se puede ver como una interpretación moderna del teatro japonés clásico que resume perfectamente el objetivo de Kitano para toda la película: dar nueva vida a lo viejo.

Aunque Zatoichi no es una de mis películas de samurai favoritas, es uno de los mejores ejemplos en los últimos años que se muestra reverente con el pasado y a la vez hace gala de un revisionismo refrescante.

Veamos lo que dicen los críticos:

Tal es lo que consigue Kitano con sus brillantes coreografías, tras las cuales, entre borbotones de sangre y espadas de precisión nada ciega, surgen apasionantes historias que convierten “Zatoichi” en una película de arrebatadora brillantez. Película que, en una última e inesperada acrobacia estilística, su director y protagonista clausura irónicamente con
una secuencia musical, brechtiana en su distanciamiento, que parece salida de Broadway o de los musicales del Hollywood clásico. (Lluís Bonet Mojica en La Vanguardia del 8 de febrero de 2004)

La facilidad con la que este director transforma la serenidad de un plano en un revuelo de sangre y horror sólo es comparable a la pericia con la que convierte en musical una secuencia de mera transición dramática. (E. Rodríguez-Marchante en ABC del 6 de febrero de 2004)

A Kitano no le interesa tanto filmar una hemoglobínica película de samuráis como una comedia de acción en la que la espada y la sonrisa cómplice marquen el ritmo. (Sergi Sánchez en Fotogramas)

Colorido, rico en acción y maravillosamente coreografiado, Takeshi Kitano retoma el clásico personaje de samurai con su propio estilo cinematográfico. (Rotten Tomatoes)

Es el tipo de película que más y más me encuentro buscando, una película que parece viva en el sentido de que parece tener libre albedrío. (Roger Ebert)

En la última parte de la película, [Kitano] muestra la necesidad de liberar por completo a Zatoichi y a sí mismo de la estructura de la película de acción. (Jonathan Rosenbaum)

Kitano transpone, en un nuevo género para él, el virtuosismo que había mostrado en sus películas de yakuzas (…), un ejercicio sangriento y juguetón, que mezcla escenas deslumbrantes de combate al ritmo de comedia musical, mientras desarrolla una fábula sobre el engaño de las apariencias (…) (Jean-Christophe Ferrari en Positif)

En un trabajo que pronto alcanzó la cima (Boiling point, de 1990, es su mejor película sin duda), tal deslizamiento del sufrimiento hacia lo subterráneo y lo invisible produce, por un efecto de vasos comunicantes, una nueva melancolía, intacta y silenciosa. Zatoichi solo está susurrando, pero si Kitano se abandona a ello (…), podría volver a sí mismo y crecer de nuevo. (Jean-Philippe Tessé en Cahiers du Cinéma)

Película estrenada en España el 6 de febrero de 2004.

Reparto: Takeshi Kitano, Tadanobu Asano, Saburo Ishikura, Ittoku Kishibe, Michiyo Okusu, Gadarukanaru Taka, Yuko Daike, Daigoro Tachibana.

 

Clamor de indignación (Hue and Cry, 1947). Charles Crichton

Hue and Cry es considerada la primera comedia de Ealing, aunque su enfoque en un grupo de niños es un tema bastante diferente para el estos estudios. La trama de la película gira en torno a una pandilla de niños que intenta frustrar una estafa criminal cuando descubren sus planes ocultos en una tira cómica semanal. Sin que nadie se crea esta conspiración descabellada, corresponde a los chicos investigar los planes de los delincuentes.

Dirigida por Charles Crichton (que pasaría a hacer algunas de las comedias más recordadas del estudio), Hue and Cry es principalmente interesante por su importancia histórica. Ambientada en un bombardeado Londres de la posguerra, la película se beneficia enormemente de filmar en el lugar mientras la pandilla viaja por la capital en ruinas e incluso debajo de ella.

La trama está llena de aventura e ingenio infantil, pero no ha envejecido tan bien como las comedias posteriores de Ealing. El ritmo sigue siendo rápido, pero el elenco no profesional de actores infantiles suele perjudicar a la película. Las actuaciones infantiles de la época a menudo son mediocres, pero de esto resulta que gran parte de la acción y el peligro se quedan algo planos. Afortunadamente, el elenco adulto es mucho mejor, particularmente un cameo de Alastair Sim como autor original de la tira cómica que leen los chicos.

Hue and Cry es divertida pero anticuada. Puede que no coincida con la altura de los grandes films de Ealing, pero aún así logra capturar de manera evocadora el Londres de posguerra.

Fotogramas comenta acerca del film:

La primera comedia producida por los estudios Ealing estuvo basada en un argumento similar al de «Emilio y los detectives». Un grupo de niños desenmascaraba a una banda de delincuentes, a través de una serie de situaciones tan regocijantes como resueltas con un notable sentido de la observación social. Film inédito en España.

Película estrenada en España por TVE el 11 de mayo de 1972.

Reparto: Alastair Sim, Harry Fowler, Jack Warner, Jack Lambert, Valery White.

Abajo el amor (Down with Love, 2003). Peyton Reed

Barbara Novak (Zellweger) es una joven escritora feminista cuyo primer libro, titulado «Abajo el amor», se ha convertido en la guía que siguen las mujeres de todo el mundo. El libro parte de un principio: las mujeres pueden disfrutar del sexo sin que el amor sea un obstáculo. Convencido de que Novak es un fraude y de que, en el fondo desea lo que cualquier mujer (amor y matrimonio), el reportero estrella de una revista de caballeros (Ewan McGregor) intenta desenmascararla, haciendo que se enamore de él, para lo cual adopta la tímida personalidad del astronauta Zip Martin.

Sin duda alguna el gran acierto de Abajo el Amor es su estética, y se nota mucho que éste es el apartado más cuidado de la película (fotografía, vestuario, peluquería), cada escena nos sorprende con un diseño diferente e incluso el vestuario nos puede hacer reir en algunas ocasiones.

Escrito sobre el viento (Written on the wind, 1956). Douglas Sirk

Kile Hadley, un magnate del petróleo, y Mitch Wayne, su mejor amigo y empleado, se enamoran de la misma mujer: la secretaria Lucy Moore. Kile, que es un alcohólico irresponsable, se casa con ella, aunque Mitch está convencido de que con esta boda Lucy comete un gran error. Al cabo de un año, contra todo pronóstico, Kyle parece un hombre nuevo: ha dejado de beber y presta más atención a sus negocios.

Douglas Sirk ha sido el gran maestro del melodrama. Conjugaba la suprema elegancia y estilización formal de sus films con la pasión, a la hora de plasmar las emociones y sentimientos del ser humano. Nadie como el cineasta de origen alemán supo dar categoría de ARTE a un genero del que se ha perdido la formula mágica, ¿o tal vez el talento? de cómo realizarlo.

Open Range (2003). Kevin Costner

Intentando huir de su pasado, Charley Waite, Boss Spearman «Button» y Mose Harrison conducen ganado por las grandes praderas. Sus ideales son la justicia y la lealtad y procuran por todos los medios evitar la violencia. Pero su visita a Harmonville, una ciudad fronteriza dominada por un poderoso y despótico ranchero a cuyo servicio trabaja el corrupto sheriff local, cambiará sus vidas y los obligará a utilizar las armas en una desigual batalla.

Segundo western de Kevin Costner tras la épica y magistral Bailando con lobos. Mensajero del futuro, aparte de no ser una película, es inclasificable. Open Range es deudora de Eastwood (Infierno de cobardes, El jinete pálido, Sin perdón), Ford (Pasión de los fuertes) y Hawks (Río Bravo). A pesar de los préstamos escogidos por Costner, ello no es óbice para restarle mérito al mejor western de los últimos años. Sobrelleva de manera distinguida la carga de existir como una revisión clásica del género y nuestro vaquero la conduce a buen puerto aunque por el camino fusile alguna que otra secuencia de las cintas antes mencionadas. Costner debería seguir incidiendo en la dirección de westerns, ya que me parece que es lo suyo y que todavía no ha dicho la última palabra. Y si el chico no tiene demasiadas ideas y se dedica a ser el Tarantino plagiador de obras anteriores… pues bienvenido sea. Ahora bien, está a años luz del maestro del género con permiso de Hawks, Leone o Ford, que no es otro que el bueno de Clint.

La llegada (Arrival, 2016). Denis Villeneuve

 

Cuando naves extraterrestres comienzan a llegar a la Tierra, los altos mandos militares piden ayuda a una experta lingüista (Amy Adams) para intentar averiguar si los alienígenas vienen en son de paz o suponen una amenaza. Poco a poco la mujer intentará aprender a comunicarse con los extraños invasores, poseedores de un lenguaje propio, para dar con la verdadera y misteriosa razón de la visita extraterrestre… Adaptación del relato corto «The Story of Your Life» del escritor Ted Chiang, ganador de los reconocidos premios de ciencia ficción Hugo y Nebula.

Pocas experiencias hay en el cine más gratificantes que acudir a la sala con una idea predeterminada de lo que nos espera en su interior y salir descolocados, traspuestos, por la imprevisibilidad de la propuesta. Porque si uno espera con Arrival una buena historia de ciencia ficción, con la garantía de un director infalible como Denis Villeneuve y estimulado por un tráiler que lleva a engaño, terminará embaucado por un relato mucho más rico en matices que una mera invasión alienígena, por un alud de planteamientos vitales, plenamente filosóficos, desde una perspectiva innovadora e intimista, sin alardes de inteligencia no alcanzable para todos los públicos. Una experiencia mucho más placentera que la que nos hayan podido proporcionar otros grandes exponentes del género.

Mulholland Drive (2001). David Lynch

Betty Elms (Naomi Watts), una joven aspirante a actriz, llega a Los Ángeles para convertirse en estrella de cine y se aloja en el apartamento de su tía. Allí conoce a la enigmática Rita (Laura Harring), una mujer que padece amnesia a causa de un accidente sufrido en Mulholland Drive. Las dos juntas deciden investigar quién es Rita y cómo llegó hasta allí.

El amigo americano (Der Amerikanische Freund, 1977). Wim Wenders

El marchante americano Tom Ripley (Hopper) intenta poner a prueba la integridad de Jonatham Zimmermann, un humilde fabricante de marcos (Bruno Ganz) que padece una enfermedad terminal. Ripley le presenta a un gánster que le ofrece mucho dinero a cambio de que trabaje para él como asesino a sueldo. En un principio rechaza la oferta, pero, al pensar en el precario futuro que espera a su mujer y a su hijo después de su muerte, acaba aceptando el trato.